En los últimos días, se está hablando mucho en los medios de comunicación de las lenguas cooficiales de España, y esto se debe en buena medida a la voluntad política que ha manifestado recientemente el Gobierno español de apostar por una promoción activa de dichas lenguas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
En este sentido, la acción del Gobierno se ha dirigido en dos direcciones principales: por un lado, a la aprobación del uso de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, y, por otro, al reconocimiento de la oficialidad de dichas lenguas en las instituciones europeas.
Pero, ¿cuántas lenguas oficiales hay en España? Pues estas medidas solo incluirían al catalán, el euskera y el gallego. ¿Qué ocurre entonces con las ‘no oficiales’? ¿Son el catalán y el valenciano idiomas distintos? En este pequeño artículo resolveremos estos interrogantes.

España: una realidad plurilingüe
La diversidad lingüística constituye una realidad manifiesta en España, donde se hablan diferentes lenguas con sus respectivos dialectos. Casi la mitad de la población del país reside en regiones donde se habla más de una lengua, lo que supone una buena muestra de esta pluralidad.
Si bien es cierto que el castellano es la lengua oficial, que todos los españoles tiene el deber de conocer y el derecho a utilizar, la Constitución establece que las demás lenguas españolas también serán oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. A estas lenguas se las denomina como ‘cooficiales’.

Actualmente, según recoge el Ministerio de Educación, las lenguas cooficiales de las Comunidades Autónomas en España son cuatro: el catalán, el valenciano, el euskera y el gallego.
No obstante, no son las únicas, sino que también encontramos otras lenguas que, por tener una menor presencia, no ostentan el estatus de oficialidad, como en el caso del asturiano o el aragonés.
El aranés, por su parte, que es la variedad de la lengua occitana hablada en la comarca española del Valle de Arán, presenta el estatus de cooficialidad en la región de Cataluña.
Lengua y dialecto
La cuestión de la diferencia entre lengua y dialecto ha dado lugar a innumerables debates, pues los criterios para la definición de una y otra categoría pueden resultar ambiguos y variar con el paso del tiempo. Sin ir más lejos, la lengua española fue un dialecto derivado del latín antes de convertirse en una lengua propiamente dicha, como ocurre con el resto de las lenguas romances.
No obstante, en líneas generales, podemos definir la lengua como un sistema lingüístico empleado por una comunidad hablante que se caracteriza por estar fuertemente diferenciado, poseer un alto grado de nivelación, ser vehículo de una importante tradición literaria y, en ocasiones, por haberse impuesto a sistemas lingüísticos de su mismo origen.
El dialecto, en cambio, suele concebirse como una subcategoría dentro de la lengua, es decir, una variedad de un idioma que no alcanza la categoría social de lengua y, generalmente, con una concreta limitación geográfica.

En el caso del español o castellano, nos encontramos con una enorme variedad dialectal, pues es una lengua extendida por un área geográfica inmensa. Con todo, si nos referimos únicamente a los dialectos del castellano en España, encontraríamos los dialectos septentrionales, más cercanos a una variedad originaria o “estándar” de la lengua, y los dialectos meridionales, entre los que estarían el manchego, el extremeño, el andaluz o el canario (entre otros).
En el caso del catalán, a diferencia del castellano, atendemos a una clasificación Este-Oeste, por lo que tendríamos un bloque oriental, donde se incluyen los dialectos hablados en la mayor parte de Cataluña y las Islas Baleares, y un bloque occidental, que abarcaría la parte más occidental de Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Sin embargo, no hay un consenso generalizado sobre qué denominación debe dársele al trono común que engloba a los distintos dialectos del catalán, pues el valenciano es considerado como un idioma oficial con entidad propia en la Comunidad Valenciana.
El uso institucional de las lenguas cooficiales
A pesar de esta variedad lingüística apreciable en el Estado español, lo cierto es que no siempre se ha permitido el uso de estas lenguas en el espacio público, lo que ha llevado inexorablemente a un descenso en el número de hablantes.
La hegemonía del castellano en España responde a motivos fundamentalmente políticos, cuyo origen habría que buscar en la Edad Media, en el llamado proceso de ‘Reconquista’. No obstante, fue a partir del siglo XIX cuando los poderes públicos manifestaron una clara voluntad de desterrar el uso de otras lenguas distintas al español, pues la pluralidad lingüística era vista como una amenaza para la unidad nacional. Esta tendencia se vio aún más acentuada durante la segunda mitad del siglo XX, cuando el franquismo prohibió totalmente el uso de las lenguas regionales en la vida pública.

Sin embargo, en el ordenamiento jurídico actual, se pone de manifiesto el valor del patrimonio lingüístico de España y la necesidad de fomentarlo y de protegerlo. Por ello, el uso de las lenguas cooficiales se promueve de manera activa desde las instituciones y la administración autonómicas.
A nivel nacional, el Senado, que es la Cámara Alta de las Cortes Generales, permite la utilización de las lenguas cooficiales desde el año 2011, pues tiene la consideración de cámara de representación territorial. El Senado cuenta con una red de veinticinco intérpretes externos a los que se convoca cuando es necesario, es decir, no forman parte del personal de la cámara. Para cada sesión en el Senado, se necesitan siete intérpretes, que traducen de manera simultánea desde cada una de las lenguas cooficiales.
En el Congreso de los Diputados, en cambio, el castellano ha sido la única lengua permitida hasta fechas muy recientes, pues la reforma del reglamento de la cámara que permite el uso de las lenguas cooficiales entró en vigor este mismo mes de septiembre. Esta reforma requiere del uso de un sistema de traductores e intérpretes similar al que se usa ya en el Senado.
¿Y qué hay de Europa?
Actualmente, son 24 las lenguas oficiales de la Unión Europea: el alemán, el búlgaro, el checo, el croata, el danés, el eslovaco, el esloveno, el español, el estonio, el finés, el francés, el griego, el húngaro, el inglés, el irlandés, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el rumano y el sueco. Por norma general, estas lenguas son oficiales en cada uno de los Estados miembros de la organización.

El actual presidente del Gobierno de España se ha comprometido a promocionar el uso del catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea, albergando la intención de que puedan convertirse en lenguas oficiales de la organización.
Sin embargo, son varios los países miembros que han manifestado ciertas reticencias hacia esta iniciativa, pues, además del coste económico que supondría, otros Estados podrían querer proponer medidas similares. De momento, desde Bruselas se ha aplazado la decisión sobre la oficialidad de estas lenguas.
Carlos Sánchez Luis