El euskera (también llamado vasco o vascuence) es la lengua propia de Euskal Herria, denominación que se utiliza para delimitar el territorio europeo en el que se ha desarrollado la cultura vasca.
Situado a ambos lados de los Pirineos, el territorio de Euskal Herria se suele dividir en dos zonas bien diferenciadas, la parte norte o Iparralde, correspondiente al lado francés, y la parte sur o Hegoalde, situada en el Estado español. Asimismo, el territorio histórico de “Vasconia” (equivalente a Euskal Herria) suele dividirse también en siete regiones o provincias: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, en el lado español, y Baja Navarra, Labort y Sola, en el lado francés. Cultural e históricamente, su centro o capital se fija en la ciudad de Pamplona.

Origen del euskera
Ciertamente, se ha especulado mucho sobre el euskera, pues se trata de una lengua no indoeuropea cuyo origen se desconoce, si bien suele afirmarse que se trata de una lengua muy antigua.
Entre las teorías existentes sobre el origen de la lengua vasca, encontramos varias hipótesis que relacionan el euskera con las lenguas ibéricas, africanas, preindoeuropeas, caucásicas, celtas e incluso románicas.
Buena parte de estas teorías se sustentan en el hecho de que el euskera comparta algunas características con los grupos lingüísticos antes mencionados (como, por ejemplo, la pasividad del verbo, los topónimos, similitudes fonológicas, etc.).
De entre todas ellas, la teoría del vasco-iberismo cobra mucha importancia por la cantidad de lingüistas que la han apoyado. Dicha teoría sostiene, por un lado, que el euskera es el único rastro que dejaron las lenguas que se hablaban en la península ibérica y, por otro, que el euskera y el idioma ibérico eran uno solo. De igual modo, afirma que los vascos eran los descendientes de los antiguos cántabros, y que su lengua era la continuadora de la hablada en el conjunto de la Península antes de la llegada de los romanos.
Sin embargo, cuando hablamos del origen de una lengua, hace falta algo más que encontrar ciertas analogías; y, en este sentido, muchas de estas teorías pueden ser desmentidas, en tanto en cuanto no han podido demostrar suficientes elementos que nos hagan considerar ese origen como verdadero.

Historia y evolución de la lengua vasca: Antigüedad y Medievo
Algo que también es un misterio es el hecho de que el euskera haya perdurado durante tantos siglos sin tener el apoyo de un poder político o una administración autónoma, pues, mientras que la mayoría de las lenguas antiguas han desparecido, el euskera sigue vivo.
Los primeros testimonios escritos del euskera los encontramos en inscripciones romanas datadas entre los siglos I y III d. C, donde aparecen algunos antropónimos y teónimos éuscaros. No obstante, a pesar de que el euskera y el latín convivieron durante un tiempo, las regiones interiores y montañosas del norte peninsular fueron muy poco romanizadas en comparación con el resto del territorio de Hispania.
Durante la crisis del Imperio romano, diversos pueblos germánicos penetraron en la península ibérica (suevos, vándalos, alanos, visigodos). Fue probablemente la resistencia de los pueblos del norte a estos invasores lo que más ayudó a la preservación de su lengua.

Durante el período medieval, todavía se mantiene la tendencia anterior de escasez de testimonios escritos. No obstante, en este período aparecieron las conocidas como glosas emilianenses, pequeñas anotaciones manuscritas a un códice en latín realizadas en varias lenguas, entre las que se encontraban el propio latín, el romance hispánico y el euskera. Estas glosas, que datan de finales del siglo X y principios del XI, contienen el testimonio escrito más temprano de lo que hoy conocemos como idioma español.
Por otra parte, el reino de Pamplona, fundado por los vascones en torno a la capital Navarra en el año 824, alcanzó su máximo esplendor bajo el reinado de Sancho III el Mayor (1000-1035), hecho que motivó la expansión del euskera más allá de los límites de Euskal Herria (como a zonas de Burgos y La Rioja). Con todo, el euskera mantuvo su carácter de lengua hablada, pues para la administración del reino se siguió empleando el latín, y, más adelante, el occitano y el romance navarro. Por tanto, la mayoría de textos éuscaros de este período son topónimos, antropónimos o frases sueltas.
El euskera clásico
Entre los siglos XVI y XVIII se desarrolla la literatura escrita en euskera, que, hasta ese momento, había sido predominantemente oral y popular.
De entre los documentos más importantes escritos en lengua vasca, destaca el manuscrito de Juan Pérez de Lazarraga, descubierto en el año 2003 y que contienen una antología poética y una novela pastoril, muestra de un incipiente Renacimiento vasco.
Asimismo, existen colecciones de proverbios, diccionarios, cantares de guerra, y hasta una traducción al euskera del Nuevo Testamento, publicada en 1571 e impulsada por la reina de Navarra, Juana de Albret (1555-1572), después de su adhesión a la Reforma protestante.
Sin embargo, paralelamente, el castellano se iba imponiendo progresivamente en los territorios vascos bajo dominio de la Corona de Castilla, por lo que el euskera iba quedando cada vez más relegado a un segundo plano.

El vasco moderno
En la edad contemporánea, el proceso de ‘castellanización’ del territorio vasco se hizo aún más acuciante, pues el español dominaba cada vez más en la esfera pública. El euskera pasó de prevalecer en la zona norte y la zona media a solo conservarse en el norte, mientras que en Navarra la mayoría de la población se comunicaba solo en castellano.
Además, las políticas de centralización llevadas a cabo por parte del Estado español, sobre todo durante la dictadura franquista, contribuyeron aún más al retroceso de la lengua vasca.
El año 1968 constituye una fecha clave en la historia de la lengua vasca, pues fue cuando se produjo la estandarización de la lengua vasca tras la celebración del Congreso de Aránzazu.
De ahí surgió el euskera batua, la variante del euskera empleada en la administración, la enseñanza, la literatura y los medios de comunicación, y creada para promover la unidad del idioma y facilitar la comunicación entre hablantes de distintos dialectos del euskera.
Carlos Sánchez Luis