En el mundo globalizado en el que vivimos, la traducción ejerce un papel fundamental en la trasmisión del conocimiento científico, y, concretamente, en los avances que se producen en el campo de la medicina y la farmacia. Es por ello que la traducción médico-farmacéutica se ha consolidado en los últimos años como una rama de conocimiento especializada, ofreciendo múltiples salidas profesionales, lo que hace que se esté apostando cada vez más por desarrollar programas de formación específicos en esta área.
No obstante, si bien es cierto que la traducción médica y la farmacéutica forman parte de un mismo ámbito, en este pequeño artículo queremos hacer hincapié en las características propias del ‘sublenguaje’ farmacéutico, que es el que se utiliza para la comunicación en cualquier ámbito de la farmacia y cuyo hilo conductor es el medicamento. Los prospectos médicos y las fichas técnicas representan el ejemplo paradigmático de texto farmacéutico.
La farmacia en tanto disciplina científica, ha estado siempre estrechamente vinculada a la identificación, elaboración y comercialización de los medicamentos. En este sentido, la noción de ‘industria farmacéutica’ resulta enormemente amplia, pues dentro de ella se podrían agrupar todos aquellos negocios, comercios y laboratorios que fabrican, distribuyen o venden productos farmacéuticos. Desde el punto de vista de la traducción, los laboratorios son los más importantes, pues generan una gran cantidad de documentación ligada al desarrollo y fabricación de medicamentos. Esta documentación no solo incluye los registros y protocolos de las diferentes etapas de los ensayos clínicos, sino también las notas internas del laboratorio, los cursos de formación para empleados o cualquier tipo de material publicitario acerca del producto.
En España, los dos principales organismos responsables de los procesos farmacéuticos son, por un lado, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), y, por otro, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés). La información proporcionada por estas dos instituciones puede suponer un recurso de gran valor para los traductores, sobre todo a la hora de familiarizarse con la nomenclatura o para estar al tanto de los nuevos productos.
Características principales del lenguaje farmacéutico
En relación con el lenguaje farmacéutico, hay que tener en cuenta que muchas de sus características son extrapolables al de otras disciplinas científicas. Es el caso, por ejemplo, de la intencionalidad del mensaje, que presenta un marcado carácter expositivo, pues su función principal reside en transmitir una información detallada sobre un determinado producto. De igual modo, los textos científicos, en general, y los farmacéuticos, en particular, se caracterizan por buscar una precisión absoluta, lo que se hace aún más palpable en los textos farmacéuticos, donde es habitual el recurso a elementos explicativos adicionales.
En cuanto a los recursos lingüísticos del lenguaje farmacéutico, son muy frecuentes los tecnicismos, así como el uso de abreviaturas y símbolos, hecho que en ocasiones hace necesario acudir a fuentes terminológicas especializadas. A este respecto, cabe destacar el enorme crecimiento léxico que se produce en el campo de la farmacia, que se enriquece continuamente por la introducción de nuevos medicamentos y por la incorporación de neologismos procedentes de otros ámbitos científicos, como la genética o la informática.
Respecto a la terminología farmacéutica, una parte sustancial del campo semántico del lenguaje en farmacia la componen los nombres de los medicamentos. En este sentido, existen cuatro denominaciones principales:
- los códigos de investigación, que son combinaciones alfanuméricas adjudicadas en el proceso de investigación y que, por ello, deben permanecer inalteradas;
- el nombre químico, nombre estandarizado que hace referencia a la estructura química del fármaco y que está sujeta a la nomenclatura internacional, por lo que, a la hora de traducirlo, habremos de atenernos a las normas establecidas por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC, por sus siglas en inglés);
- el nombre comercial, también denominado “nombre fantasía”, que es un nombre privado escogido por el fabricante para su producto farmacéutico, por lo que tampoco debe modificarse;
- el nombre farmacológico, que alude a la denominación común o genérica más empleada por los profesionales sanitarios.
Problemas y dificultades de la traducción farmacéutica
A la hora de afrontar la traducción de un texto farmacéutico, lo primero que hay que tener en cuenta es la preponderancia del inglés como lingua franca, lo que hace que todos los demás idiomas estén muy influenciados por esta lengua.
Uno de los problemas más comunes a la hora de traducir, por ejemplo, del inglés al español, es la mayor riqueza léxica del inglés, que además, ofrece una mayor variedad de posibilidades de composición y derivación en comparación con otras lenguas. Asimismo, otro rasgo característico del inglés que puede plantear algunos problemas de traducción es su tendencia a la elisión de información que se da por sobreentendida, cosa que no ocurre en el español.
Esta hegemonía del inglés conduce en muchas ocasiones a que se produzcan calcos o préstamos por parte de otras lenguas, lo que da lugar al fenómeno de la neología. Sin embargo, hay que tener cuidado de no caer en la aplicación de falsos amigos, que son muy comunes en el lenguaje farmacéutico, por ejemplo:
- blood pressure: no es *presión sanguínea*, sino “presión arterial”;
- physician: no es *físico*, sino “médico”;
- prospect: no es *prospecto*, sino “perspectiva” o “posibilidad”;
- suffocate: no es *sofocar(se)*, sino “ahogarse” o “asfixiarse”.
Toda esta complejidad que entraña la traducción farmacéutica nos lleva a ponerla en valor como una disciplina con carácter propio, que requiere de una formación especializada para aquellos que quieran dedicarse a la traducción de medicamentos, un sector que sin duda ofrece un horizonte laboral muy prometedor. En FAST.txt contamos con los mejores traductores especializados a más de 50 idiomas, también en el sector farmacéutico. Así que, si necesitas contratar un servicio de traducción en el campo de la farmacia, no dudes en ponerte en contacto con nosotros: confía en FAST.txt.
Carlos Sánchez Luis