En el transcurso de la historia, la traducción ha contribuido de una manera muy destacable al progreso de la ciencia, posibilitando el acceso al conocimiento y la trasmisión del saber. En este sentido, la medicina ha sido una de las ramas que probablemente más se haya beneficiado de la labor traductora, y una buena muestra de ello es la preservación de las grandes obras médicas de la Antigüedad —como el Corpus hippocraticum— gracias al empeño que pusieron los traductores en transferirlas y conservarlas.
Desde el ámbito académico, la traducción médica suele ser encasillada en una rama más amplia comúnmente calificada como ‘científico-técnica’; sin embargo, cada vez son más los especialistas en el ámbito de la traductología que se esfuerzan en resaltar las características específicas de la traducción médica, concibiéndola así una entidad propia que precisa de un tratamiento particular y diferenciado. Por tanto, pese al indudable parentesco existente entre los textos científico-técnicos, en general, y los textos médicos, en particular, son igualmente destacables aquellos aspectos que hacen de la traducción médica un ámbito específico, y es por ello que en este pequeño artículo hemos decidido dedicarle una mención especial.
Criterios que justifican la traducción médica como una especialidad propia
El primer aspecto a destacar a la hora de categorizar la traducción médica como una especialidad académica per se es la existencia de un ámbito de investigación propio. A este respecto, cabe destacar que la traducción médica cuenta actualmente con un desarrollo teórico considerable, como así lo corrobora la presencia de numerosos volúmenes que tratan aspectos relacionados con este ámbito, desde la terminología y el lenguaje hasta la historia y la cultura de la traducción médica. En nuestro país, encontramos algunas revistas especializadas que concentran buena parte de la producción monográfica vinculada a la medicina, el lenguaje y la traducción, como es el caso de Panace@, editada por el Colegio Oficial de Médicos de Navarra de forma trimestral desde marzo de 1988.
En segundo lugar, es digno de mención el hecho de que la generación de conocimiento en el campo de la traducción médica venga acompañada de una actividad profesional con un peso considerable, lo que también contribuye a crear un espacio propio para dicha especialidad. Así pues, existen algunos profesionales dedicados casi en exclusiva a esta actividad, si bien es cierto que buena parte de ellos suele compaginarla con la traducción de otras subespecialidades del ámbito científico-técnico. Asimismo, el aumento progresivo de las páginas de traductores así como de las agencias de traducción especializadas en el sector médico-sanitario es otro signo más acerca del interés laboral que ha venido suscitando en los últimos tiempos esta rama especializada.
Finalmente, cabe destacar que, para que una especialidad se consolide tanto en el ámbito académico como en la esfera profesional, resulta fundamental que se incluya y se visibilice en la enseñanza superior. Y, si bien es cierto que en muchos de los grados de Traducción e Interpretación la traducción médica se puede ver un tanto ensombrecida por su inclusión en las asignaturas de traducción técnica, en los últimos años se ha extendido cierta conciencia acerca de la importancia de conceder un papel más relevante a esta especialidad, y una buena muestra de ello es la creación de posgrados específicos, como el Máster Universitario en Traducción Medico-sanitaria de la Universitat Jaume I.
Rasgos específicos de la traducción médica
Una vez expuestos algunos criterios que justifican la existencia de la traducción médica como una rama específica independiente, procedemos a exponer algunas de las especificidades propias de esta disciplina. Pues bien, uno de los aspectos más singulares de la traducción médica —y al que frecuentemente se alude como uno de los principales responsables de la complejidad que le caracteriza— es la extensión del ámbito que abarca. En este sentido, la amplitud y la interdisciplinariedad son dos características inherentes a la traducción médica, que puede llegar a englobar ámbitos tan dispares como el farmacológico, el biosanitario o el genético.
Por otra parte, en lo que respecta a la situación comunicativa del mensaje, podemos clasificar los textos médico-sanitarios en dos subgrupos: de un lado, tenemos aquellos textos que presentan un grado de especialización muy alto, como es el caso de los artículos de investigación o divulgación que se publican en las revistas de medicina, y, de otro lado, estarían los textos que van dirigidos al público en general, como es el caso de los prospectos médicos, los folletos informativos o los ensayos clínicos, por lo que es frecuente que en ellos se emplee un registro menos elevado. Luego estos dos subgrupos se identificarían con los dos géneros textuales prototípicos dentro de la traducción médica.
En cuanto a las dificultades lingüísticas propias de la traducción médica, uno de los aspectos más complejos es el de la terminología, algo que también ocurre en otras ramas específicas de la traducción científico-técnica. No obstante, hay que tener en cuenta que en el campo de la medicina es fundamental que el traductor comprenda a la perfección la información del texto de origen para que pueda trasladarla de tal modo que lo que se exprese en el texto traducido se ajuste perfectamente al original, pues en la traducción médica un error de comprensión podría tener consecuencias nefastas para los pacientes. Por ello, es muy recomendable que los traductores médicos dispongan de unos conocimientos elementales en nociones médico-sanitarias y que estén muy familiarizados con el léxico, en el que abundan las raíces latinas y griegas, los “dobletes terminológicos”, los neologismos o las abreviaturas. Asimismo, desde el punto de vista lingüístico, cabe destacar también la hegemonía del inglés como lingua franca de la comunicación biosanitaria a nivel global.
Ahora bien, además de todas estas peculiaridades lingüísticas y terminológicas, es preciso tener en cuenta que la comunicación médica se ve igualmente afectada por el entorno cultural y social en el que tiene lugar el proceso comunicativo; por tanto, si el traductor desconoce por completo la realidad cultural del público receptor al que va dirigido el mensaje, pueden producirse algunas discordancias que dificulten la comprensión del mismo.
Hecho este breve repaso por algunas de las características más sobresalientes de la traducción médica, podemos concluir con dos afirmaciones: por un lado, ratificar la idea de que el campo de la medicina merece un espacio diferenciado dentro del sector de la traducción, y, por otro, resaltar la importancia de la formación para todos aquellos traductores profesionales que quieran especializarse en este ámbito.
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Carlos Sánchez Luis