Después del chino mandarín, el español ocupa el segundo puesto como lengua materna a nivel mundial, con casi 500 millones de hablantes nativos. Esto se debe fundamentalmente a la inmensa área geográfica que ocupa el mundo hispanohablante y a las elevadas tasas de crecimiento natural de los países iberoamericanos. Asimismo, a causa del flujo migratorio entre América Latina y Estados Unidos, el número de hispanohablantes en ese país ha aumentado a una velocidad vertiginosa, hecho que ha suscitado un mayor interés internacional por el español.
El español como lengua universal
Sin embargo, no se puede confiar solo en la demografía, pues, a pesar de estos datos, el inglés sigue siendo la lengua franca por excelencia y el español se ve superado por otras lenguas en importancia cultural y económica. Por ejemplo, el francés, que cuenta con tan solo 77 millones de hablantes nativos, goza de un gran prestigio como lengua de cultura y es el tercer idioma más hablado como lengua extranjera. El árabe, por su parte, siendo el quinto idioma nativo más hablado del mundo, ocupa el segundo puesto como lengua en el mundo de los negocios.
Así pues, en los últimos años se ha observado una ralentización en el crecimiento del número de hispanohablantes no nativos a nivel mundial, lo que puede estar relacionado con un receso en el número de estudiantes que escogen el español como segunda lengua. Otro dato a tener en cuenta es que ya se ha cumplido más de una década desde la última vez que un hispanohablante ganó el Premio Nobel de Literatura (Mario Vargas Llosa, en el año 2010). Por tanto, parece que no basta con esperar a que el español se convierta por arte de magia en una lengua de renombre internacional en todos los ámbitos, sino que hace falta que se intensifiquen las políticas que promocionen el español a nivel mundial.
El español en la traducción literaria
Algo parecido ocurre en el ámbito de la traducción. El español es la segunda lengua universal por número de hablantes nativos, pero ocupa el quinto o sexto puesto en el sector de la traducción. En la década de los noventa se produjo un verdadero auge para la traducción de literatura española, con autores como Javier Marías, Carlos Ruiz Zafón, Almudena Grandes o Antonio Muñoz Molina. Sin embargo, algunos autores e intelectuales consideran que hoy día la literatura española está de capa caída, y que esto se debe en buena medida a una falta de inversión en la industria de la traducción.
Los derechos de traducción de un libro presentan dos vías. La primera de ellas es la que se relaciona con las transacciones comerciales de carácter privado, que suelen tener lugar en grandes encuentros literarios, como es el caso de la Feria del Libro de Frankfurt. La segunda vía, que puede (y debe) beneficiar a la primera, comprende los incentivos y las políticas públicas en apoyo a la industria de la traducción.
Promoción y traducción da la lengua
En España, actualmente no existe una política oficial que promocione el sector de la traducción, como sí ocurre en otros países de nuestro entorno, como Francia o Alemania, que ofrecen financiación directa a las editoriales para sufragar costes de promoción y traducción. Además, el acceso a ayudas y subvenciones estatales en nuestro país presenta la desventaja de implicar un complicado entramado burocrático, lo que acaba generando un sentimiento de desidia en los principales agentes interesados. A raíz de la presentación de España como invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt del pasado año, parece que empezó a producirse un pequeño cambio, pero la realidad es que España se ha despreocupado bastante de la industria de la traducción y que, hoy día, el español no es un idioma prioritario para traducir, como si lo son el inglés o el francés.
La experiencia de otros países ha demostrado que la traducción cumple un papel muy importante en el proceso de difusión cultural, luego es importante que las autoridades españolas tomen conciencia de ello y apuesten por emprender políticas públicas que beneficien al sector de la traducción, con el fin de que la presencia internacional de nuestra literatura no esté tan sujeta a las iniciativas privadas.
En nuestra empresa, FAST.txt, somos muy conscientes de que la traducción resulta indispensable para la promoción cultural, especialmente en el campo de la literatura. Siempre se ha recurrido a la traducción de obras literarias para alcanzar un mayor conocimiento sobre otras culturas y procurar una mayor riqueza intelectual. En FAST.txt, una de nuestras especialidades es la traducción literaria, pues contamos con los profesionales mejor formados.
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Carlos Sánchez Luis