¿Qué es la traducción literaria?
Es probable que una de las especialidades de traducción más conocidas sea la traducción literaria. Seguramente, si te paras a pensar en tus escritores favoritos, seguro que tienes varios que escriben en lengua extranjera. No obstante, lo más habitual es que los hayas conocido en tu lengua materna, y es ahí donde entra en juego la figura del traductor literario. Pero, ¿sabemos de lo que hablamos cuando nos referimos a esta rama de la traducción profesional?
La traducción literaria se engloba dentro de la traducción editorial, que recopila la traducción de todo tipo de documentos publicables: libros de temáticas diversas, revistas, artículos académicos, etc. En particular, la traducción literaria, tal y como su nombre indica, se enfoca en la traducción de obras de literatura, como novelas, relatos cortos, poesía, teatro, etc.
Esta especialidad requiere una gran creatividad por parte del traductor/a. Es decir, no vale utilizar los mismos procedimientos que en una traducción técnica o audiovisual. En la traducción literaria, el traductor/a debe captar el sentido y el significado de la obra en cuestión, y reformularla con las palabras y expresiones más naturales en la lengua de llegada.
Lógicamente, un buen trabajo de documentación es esencial para no confundir a los lectores, ya que los referentes culturales de estas obras suelen ser múltiples y variados. Por tanto, transmitir esos toques de “color” de manera fehaciente es una de las claves del éxito de una buena traducción.
Desafíos lingüísticos de la traducción literaria
Como sabemos, el estilo de la lengua varía significativamente en la literatura, ya que predomina el estilo libre, sin las limitaciones y convenciones que pueden tener los contratos, los manuales de instrucciones o informes médicos. Al mismo tiempo, esto influye en el enfoque del traductor/a, en su objetivo de recrear y ser “fiel” al texto origen y a las intenciones del autor.
A pesar de que a simple vista puede parecer todo lo contrario, esta especialidad de la traducción es muy compleja y puede conllevar muchas dificultades para los traductores literarios. Algunas de ellas son las siguientes:
- Las figuras retóricas y los juegos de palabras. Son más frecuentes en la poesía, pero pueden darse en cualquier tipo de texto. A veces, simplemente no existe una equivalencia válida en el idioma meta, por lo que los traductores deben buscar una alternativa que se adapte lo mejor posible.
- Los nombres propios. En ocasiones, los nombres de lugares o personas pueden tener significado en la lengua origen y, así, tener cierta relevancia. Si este es el caso, el traductor deberá plantearse si traducirlos o no.
- La terminología. Algunos géneros, como la ciencia-ficción, pueden tener terminología muy específica y compleja, que es necesario conocer a la perfección para poder entender y traducir bien la obra.
- Las sagas. Aquí hay que tener en cuenta la coherencia y la consistencia a la hora de traducir. Es decir, hay que respetar la terminología que ya conocen los fans y, para ello, el traductor/a también debe conocerla.
- Información que se revelará más adelante. En la traducción de novelas, puede suceder que al principio se mencionen hechos de forma indirecta o poco clara que se desvelarán al final. La traducción de los mismos puede resultar compleja si no se sabe con seguridad de lo que se está hablando. Por este motivo, si se tiene tiempo, es importante leer la obra completa antes de comenzar a traducirla.
- La cultura de la lengua meta. Dependiendo del tipo de obra, puede ocurrir que el texto incluya muchas referencias a la cultura del idioma al que se va a traducir. Los traductores literarios y, en definitiva, todos los traductores, deben conocer lo mejor posible la cultura extranjera para entender de qué se está hablando y saber cómo actuar en cada situación.
Como vemos, la traducción literaria no es algo sencillo que pueda realizarse a la ligera. La traducción de un libro es algo muy complejo que debe dejarse en manos de profesionales para garantizar los mejores resultados.
La creatividad, ética y responsabilidad en la traducción
Sabemos que la literatura puede abarcar una gran variedad de temas, que, en ocasiones, pueden estar muy arraigados en la cultura y, por tanto, es probable que presenten conceptos con los que los lectores no están familiarizados, o tal vez no conozcan del todo.
Es en este contexto donde se hablan de dos conceptos interesantes: la domesticación y la extranjerización. Se tratan de enfoques para la traducción de contenidos culturales, especialmente en la literatura. Así, la extranjerización presentaría un concepto desconocido por el lector enfatizando su carácter ajeno, la domesticación reemplazaría estos conceptos por otros más familiares, “equivalentes”, que disimularían bastante el origen del texto original.
La traducción desempeña un papel esencial en la construcción de la identidad de la cultura ajena, por lo que siempre existe una cierta ética y responsabilidad detrás de todo lo que se traduce. De igual modo, lo que no se traduce es tan sugestivo e influyente como lo que sí, ya que contribuye a la representación de una cultura ajena. Por ello, se aprecia que las culturas dominantes dan menos importancia y publican menos traducciones que las no dominantes, al mismo tiempo que su propio espacio social se encuentra invadido por la traducción de los medios de comunicación de las culturas dominantes.
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Mercedes Pajuelo